6 indicadores para saber si tu marca personal está bien posicionada y cómo mejorarla – María del Olmo

6 indicadores para saber si tu marca personal está bien posicionada y cómo mejorarla

Porque una marca personal bien posicionada te va a servir para alcanzar tus metas profesionales de una forma coherente y progresiva, hoy te enseño cómo saber si estás en el punto que deseas o cómo mejorarla para lograr los objetivos marcados

Trabaja tu marca persona para diferenciarte

¡Ay, las modas! ¿Te has parado alguna vez a pensar en el daño que hacen algunas de ellas cuando hablamos del ámbito profesional? Sí, porque lo que suele suceder es que todo el mundo se quiere montar al carro, pero no todos saben cómo hacerlo de forma correcta y al final es peor el remedio que la enfermedad.

Esto es un poco lo que sucede con la marca personal: como está de moda, me sumo y, al final, en lugar de diferenciarme, lo único que hago es ser uno más del rebaño. Te suena, ¿verdad?

No te preocupes porque ya sabes que yo no vengo aquí a juzgar a nadie, sino a echar una mano. En concreto, a ti que me estás leyendo y que si estás aquí es porque quieres gestionar tu marca personal y, por tanto, diferenciarte del resto.

¿Cómo lo voy a hacer? Para empezar, vamos a repasar juntas qué es esto de la marca personal y de dónde sale o si es algo inventado (ya te adelanto que no). Después, quiero hablarte de cuáles son los indicadores o KPIs para saber si estás gestionándola bien o no y, por último, te voy a dar algunos consejos para mejorarla. 

Porque oye, aunque lo estés haciendo fenomenal, a nadie le amarga un dulce y a todos nos gusta seguir mejorando, así que si puedo aportar mi granito de arena para que tú lo consigas, ya me habrás hecho feliz. Así que ya no me enrollo más. ¡Vamos con ello!

Marca personal, ¿qué es?

Cuando se trata de marcas comerciales lo tenemos muy claro: por ejemplo, si te hablo de Ferrari, asocias a lujo, velocidad y amantes de la conducción. O si te hablo de Primark, a ropa barata, de baja calidad y para el día a día. 

Pero en el caso de la marca personal, no siempre nos resulta tan sencillo ver esa diferenciación. ¿O sí? Digamos que cuesta más posicionarse, pero también porque nosotros mismos partimos de muchos prejuicios sociales que no nos dejan brillar. Parece que nos educan a todos para ser iguales y no salirnos de lo establecido.

Y, sin embargo, culturas tan antiguas como las de los mayas, ya creían en el hecho de dejar a los niños desarrollarse según las habilidades por las que despuntaban desde la más tierna infancia.

¿Es necesario ser raro o especial para destacar como marca personal? No, se trata de ser uno mismo, ser coherente con lo que somos y cómo lo mostramos para que todo vaya en consonancia y nos diferenciemos de los demás. 

Porque sí, lo que de verdad nos diferencia a los unos de los otros es nuestra esencia. A partir de ahí, se trata de gestionar bien la forma en la que comunicamos nuestra esencia y de cómo los demás la perciben.

Y ahí está el kit de la cuestión: la marca personal es aquello que los demás opinan de nosotros cuando no estamos delante. La huella que dejamos en ellos y que hará que nos elijan a nosotros frente a la competencia, ya sea para trabajar por cuenta ajena o para que se conviertan en clientes, si tenemos nuestro propio negocio. 

¿Me dejas que te cuente una curiosidad a este respecto? La primera persona que habló de marca personal fue el escritor y especialista en gestión empresarial, Tom Peters (americano, cómo no, ya sabes que casi todas las tendencias en este sentido vienen del otro lado del Océano), en un artículo que escribió en 1997 para la revista Fast Company y al que tituló: “Una marca llamada tú”.

¿Y qué dijo este hombre con respecto a la marca personal? Que cada uno de nosotros deberíamos de funcionar como una Sociedad Anónima (S.A.) con el objetivo de diferenciarnos y lograr así nuestra independencia profesional. 

Para saber si nuestra marca personal es coherente y la estamos gestionando de manera correcta y, por tanto, nos esté dando resultados, es necesario que los midamos. ¿Cómo? Te lo explico a continuación. 

Sin números no hay paraíso

Te doy los 6 indicadores para evaluar tu marca personal

Siempre me han hecho mucha gracia esos gurús (sobre todo los del mundo del marketing) que se les llena la boca hablando de los millones que han facturado al año o con la venta de un producto determinado. 

Porque, vale, una cosa es lo que facturas, pero… ¿Con cuánto se quedan? Eso pocos lo cuentan y no lo hacen, porque no siempre es oro todo lo que reluce. Con la marca personal pasa un poco lo mismo. 

Hay ciertos indicadores que te pueden dar a entender que esa persona es un referente porque la ves hasta en la sopa, pero no se trata de tener en cuenta solo unos indicadores, sino de hacer una media de los principales. Por eso yo siempre creo que lo mejor es medirlo con datos reales.

¿Cuáles son los indicadores para saber si una marca personal funciona? Los siguientes:

  1. Seguidores: estamos obsesionados con tener el número máximo de ellos, pero ¿qué pasa si tienes muchos, pero nadie te responde o estos no terminan convirtiéndose en clientes? Que algo estamos haciendo mal. Un buen indicador en cuanto al número de seguidores es si estos son fieles, comparten lo que dices o publicas y se convierten en clientes a corto-medio plazo.
  2. ¿Te llaman? Ya sea para ofertas de empleo por cuenta ajena o para que les prestes servicio. Si la respuesta es afirmativa y, además, estas propuestas se ajustan a lo que deseas, es que tu marca está bien posicionada porque estás atrayendo al público que deseas; a aquel que no te va a regatear y no te va a ofrecer menos de lo que te mereces. ¡Ojo! Alguno puede caer, pero si no son la gran mayoría, lo estás haciendo bien. Por el contrario, si te regatean los precios y los clientes que te llegan son tóxicos o solo te ofrecen “trabajos basura” que nada tiene que ver con lo que tú sabes hacer, es necesario trabajar el posicionamiento de marca.
  3. Aumento de las visitas a tu casa virtual: ya sea tu web, tu blog o de ambos. Esto se debe a que tus contenidos y/o servicios generan interés. A partir de esas visitas, también habría que medir si aumenta el tiempo de estancia en tu web o blog, del mismo modo que si comparten los contenidos que creas en este último. 
  4. Recomendaciones: ya sea de tus propios clientes o de personas que te han conocido en alguna charla o formación. Un caso que también se aplica cuando trabajas por cuenta ajena, ya que si trabajas bien en una empresa, lo normal es que no tengan ningún problema en hacerte una buena carta de recomendación. 
  5. Apariciones en medios: ya sea en los tradicionales o en los digitales, aunque es cierto que siguen pesando más los primeros. En todo caso, lo importante es que aparezcas en aquellos donde tu público objetivo (clientes o reclutadores) te puedan ver y reconocer. 
  6. Dar charlas, formaciones: te llamen porque te consideran un referente para enseñar a otras personas o porque creen que eres un ejemplo para el público que va a asistir, al mismo tiempo que tú te sientes como pez en el agua haciendo este tipo de presentaciones.

Estos son algunos de los principales indicadores para saber si tu marca personal está bien posicionada o no en la mente de tus potenciales clientes o en la de los reclutadores de las empresas en las que te gustaría trabajar. 

Este último punto es importante, porque al igual que sucede en las relaciones personales, no podemos gustar a todos y no es cuestión de obsesionarse con ello. 

Cómo mejorar el posicionamiento de tu marca personal

Dime: ¿cómo te has sentido en el apartado anterior? ¿Sientes que las cumples o es necesario que trabajes en algunas para poder mejorarlas? No pasa nada si es así, porque depende de varios factores:

  • Primero: el tiempo que llevas trabajando en tu posicionamiento de marca. Piensa que este es un trabajo que nunca termina, pero es cierto que siempre lo tiene más fácil quien ya ha conseguido un cierto reconocimiento, que quien todavía no lo ha alcanzado.
  • Segundo: tus objetivos. Y aquí hay que ser muy realistas, teniendo en cuenta en qué punto te encuentras para conseguirlos y que estás dispuesto a sacrificar para conseguirlos, así como cuáles son tus puntos límites.
  • Tercero: equilibrio personal y profesional. Porque me vas a perdonar, pero de poco sirve tener éxito a nivel profesional, si fuera de este ámbito no eres nada feliz. En esta vida el equilibrio y la coherencia son básicos, por mucho que nos flipe nuestro trabajo. 

Teniendo estos tres puntos en cuenta, el primer paso consiste en establecer esos objetivos profesionales, en función de tus circunstancias y/o metas personales. Por ejemplo, puede que porque sabes que para llegar a sacar un curso vas a necesitar pasar menos tiempo con tu familia será importante que llegues a un acuerdo con ellos, de manera que nadie te vaya a echar nada en cara y tú no te sientas mal. 

Define bien cuál es tu área de especialización o cuáles son las temáticas por las que quieres ser reconocido. No se puede estar en misa y repicando, por mucho que tú quieras, así que posiciónate allí donde sabes que eres bueno y puedes aportar valorar. 

Del mismo modo, define bien quién es tu público objetivo/cliente ideal: es decir, personas que necesitan tus servicios, que los valoran y están dispuestos a pagar por ellos. En caso de que sea para trabajar por cuenta ajena, también se aplican estos valores.

Ten siempre actualizadas (al menos, todo lo que puedas) tanto tus redes sociales, como tu blog o esas herramientas de comunicación que utilices para conectarte con tus clientes. Recuerda que, en este sentido, es importante dar para poder recibir. No dejes de interactuar con tus potenciales clientes: esto te ayudará a saber, en todo momento, cuáles son sus necesidades y así adelantarte a las mismas.

Enfoca tus objetivos de comunicación hacia el mismo punto que tus objetivos profesionales. Por ejemplo, si quieres dar trabajar en una empresa o sector determinado, crea relaciones estratégicas (que no falsas) orientadas a conseguir estos objetivos. 

Y, sobre todo, haz un ejercicio interno de sinceridad. Es importante que te sientas bien con lo que estás haciendo y que sientas que eres tú y no otra persona la que comunica desde su esencia. Esto hará que tu marca sea coherente y no cometas errores al respecto, porque nadie puede traicionar a su esencia, todo lo contrario a cuando intentamos ser o pretender ser lo que no somos. 

Entonces, cuéntame: ¿cómo te sientes con tu marca personal? ¿Qué puntos quieres mejorar? ¿Necesitas ayuda? Si es así, entra, ahora mismo a descubrir mi servicio El foco 1:1, a descubrir mi Te leo en comentarios.


¿ME CUENTAS QUÉ TE HAN PARECIDO ESTOS CONSEJOS Y SI TIENES MÁS DUDAS?

Por supuesto, si los pones en práctica, no dudes en contarme cómo te ha ido y si me mencionas o compartes este contenido, te estaré inmensamente agradecida. ¡Nos vemos en el próximo post!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

¿Te ha gustado este artículo?

Apúntate a mi newsletter para no perderte ninguno. Suelo publicar dos o tres artículos al mes, todos con el objetivo de ayudarte a brillar a través de la comunicación, con herramientas que tú posees, pero a las que todavía no sabes cómo sacarles el mayor provecho.

María del Olmo será responsable por tus datos, se enviarán a Mailchimp para enviar boletines con información, novedades, promoción de productos y/o servicios propios o de terceros afiliados quienes me aseguran cuidar tus datos personales, no cederlos a nadie, y respetar todos tus derechos. Podrás darte de baja en cualquier momento y ejercer cualquier derecho que tengas relacionado con la protección de tus datos según se describe en la política de privacidad.

Scroll al inicio