Es una de las mejores herramientas para llegar a tu público objetivo, pero requiere de preparación, cierta seguridad y, sobre todo, dar el primer paso. Hoy te doy algunos consejos para hablar ante la cámara y que esta se convierta en tu amiga.
“María, es que a ti se te da bien porque, claro, tú tienes mucha experiencia y, además eres actriz. Pero yo… ¡Si me sudan las manos solo de pensarlo!”. ¿A que te resulta familiar?
Sí, sé que da miedo. Sé que ahora mismo te parece imposible y que, además, estás pensando que “¡qué vergüenza que me vean mis amigos!”. ¡Anda ya! ¿Tú confías en mí? Entonces, déjame que te diga una cosa: eres totalmente capaz de ponerte delante de una cámara, ser tú misma (porque sí, amiga, ahí está el kit de la cuestión, pero luego hablamos de eso) y de ponerte el mundo por montera.
Pero también te entiendo y con esto no quiero asustarte. Te entiendo porque yo también he estado en ese punto. También he tenido mis primeras veces y sigo teniendo ese gusanillo cuando le doy al botón rojo, pero ahora es diferente y, ahora sí, me siento cómoda y eso es lo que hoy quiero enseñarte a ti.
Así que no me enrollo más y vamos directos al grano. Eso sí: te invito a que tengas a mano algo con lo que escribir para que anotes todo lo que te vaya viniendo a la mente mientras me lees y así no se te escape ninguna de esas ideas.
Antes de ponerte a grabar…
Te garantizo que cuando lleves un tiempo haciendo vídeos, todo esto lo vas a hacer como si nada, pero de momento, vamos a ir paso a paso.
Y el primer paso que hay que dar es el de estar convencida de dar el salto. Porque si tú no lo ves, por mucho que yo te hable de todos los beneficios que tiene para tu marca que tú salgas a la palestra y las diferentes vías de comunicación y/o negocio que puedas tener si lo haces, si tú no estás convencida, mejor miramos otra herramienta de comunicación que te ayude a llegar a tu público objetivo.
Pero si estás leyendo esto es porque sí que tienes ganas de hacerlo y esto es esencial: ponerle ganas a la vida y, en concreto, a ponerte delante de una cámara. ¿Lo apuntamos en la lista de tareas como hecho? Adelante, vamos con el siguiente paso.
Tener un objetivo claro. Porque da igual la herramienta que utilices para comunicarte con tus clientes: todas tienen que tener un objetivo concreto, En el caso del vídeo, puede ser el de educar, entretener e, incluso, vender. Aunque para este último paso, sí que te recomiendo que, primero, cojas tablas, ya que necesitas mostrar mucha más seguridad.
Por supuesto, puedes combinar las tres opciones, aunque lo que sí que te recomiendo es que sigas la regla del 80-20, es decir, que el 80% del contenido esté destinado a aportar valor y/o a entretener y que el 20% restante sea compra directa. Es una de las mejores maneras de no cansar a tu público y de generar la confianza que necesitan para hacerlo.
Si lo piensas bien, es como si entras en una tienda y la dependienta está todo el rato detrás de ti diciéndote que le compres algo (una situación muy molesta) o la más lógica, que sería que ella muestre su disposición a ayudarte y a atenderte, pero que te deje a ti mirar tranquilamente lo que hay en la tienda. Cuando pienses en crear contenidos, acuérdate de este ejemplo.
Vale. Ahora ya tienes claro cuál es el propósito con el que vas a utilizar esta herramienta de comunicación y toca seleccionar las temáticas principales de las que vas a hablar ante la cámara. En mi caso, por ejemplo, son: cómo hablar en público, cómo hablar ante la cámara y empoderamiento femenino.
Desde esos tres pilares desglosaré los temas que voy a tratar en cada uno de ellos. ¿Y esto para qué sirve? Para que la persona que siga nuestras publicaciones en vídeo, acuda a nosotras sabiendo qué tipo de vídeos se va a encontrar allí.
Porque si yo, por ejemplo, empezará a hablar de “cómo escribir anuncios para tus redes sociales”, descolocaría a mi público. Y, sin embargo, no lo haría si la temática fuera: “cómo hablar a tus potenciales clientes a través de un anuncio de vídeo”. En este segundo tema, sí que estoy hablando de una de mis temáticas: cómo hablar a cámara.
Luego me centro un poco más en cómo trabajar esos contenidos, pero antes déjame que te hable de otros puntos que tienes que tener en cuenta para hablar ante la cámara.
Qué espacio elegir para hablar ante la cámara
Una de las cosas buenas que ha traído la tecnología en los últimos años y, sobre todo, desde que llegó esta pandemia a nuestras vidas, es que cada vez es más fácil hacerse un Juan Palomo y tener vídeos de calidad más que decente (para empezar, eso sí), aunque esto, para empezar, tampoco es lo más importante.
Lo que sí que tienes que tener es un espacio para grabar tus vídeos en el que:
- Tengas una pared neutra: si puede ser en blanco mejor. Puedes buscar elementos que transmitan lo que deseas, pero si no lo tienes claro mejor una pared lisa blanca, para no despistar a tu público.
- Suficiente iluminación: siempre que puedas, procura que sea natural (ponte frente a una ventana por la que entre mucha luz, pero nunca en contra) y si no es posible, aprovecha las luces de casa o hazte con un aro de luz (entre 20 y 50 euros tienes algunos más que apañados).
- Tranquilo y ventilado: si sabes que es un lugar donde hay mucho ruido o en el que entran los ruidos de fondo, intenta evitarlo. Lo mismo que si tienes el sitio perfecto, pero no se puede ventilar y vas a sudar como un pollo o te vas a poner roja como un tomate. Y te digo esto porque más allá de lo meramente estético (esto va en cada una), cuando pasamos calor mientras grabamos, no vemos el momento de terminar y nos molesta. Así que cuantos menos obstáculos nos pongamos, mejor que mejor.
Qué ropa y estilismo elegir para hablar ante la cámara
Aquí sí que voy a ser más que clara: tienes que ser tú misma en todo momento. Por esta razón:
- La ropa que elijas tiene que hacerte sentir cómoda. Y cuando hablo de comodidad no me refiero al pijama o al chándal (aunque podría ser, ¡Ja,ja,ja!), sino a aquella con la que te sientes bien, porque es de tu estilo.
- El maquillaje solo tienes que aplicártelo si así te sientes mejor o más segura, pero no porque nadie te lo diga. Si de normal no te maquillas y te vas a ver rara ante la cámara por eso, olvídate de ello. Y si lo haces de forma habitual, que sea el que utilizas a diario. ¿Y qué ocurre si tienes cara de muerta ese día? Pues que siempre hay productos maravillosos como los antiojeras o las cremas hidratantes con color que hacen milagros.
Por suerte y aunque nos cueste meternos esto en la cabeza, las empresas están cambiando y hoy en día no es necesario vestir de traje o llevar taconazos para demostrar que eres una buena profesional (de hecho, nunca se ha demostrado de esa manera, pero nos habían metido esa idea en la cabeza).
Así que utiliza ropa con la que te sientas cómoda, tanto porque es de tu estilo, como porque crees que no desentonas con las personas a las que te vas a dirigir; no podemos olvidar que dentro de nuestro estilo, también podemos optar por unas prendas u otras, si esto nos ayuda a llegar mejor a nuestro público. Pero que siempre seas tú.
Qué tecnología necesito para hablar ante la cámara
Si te dijera que con una buena cámara de móvil tienes más que suficiente para empezar, puede que no me fueras a creer, pero es la realidad. Hoy en día, la mayoría de los smartphones tienen una cámara más que decente, para que empieces a hacer tus pinitos en el mundo audiovisual.
Mi recomendación es que empieces con eso y con los cascos del móvil que, aquí también, la gran mayoría incluyen micrófono. De esta forma, no vas a sentirte mal por ir poco a poco y, además, es la mejor manera de no gastarte un dineral sin realmente saber lo que vas a querer cuando ya la cámara no sea un problema.
¿No tienes trípode? Pues se puede solucionar colocando el móvil sobre una escalera y algo con lo que sujetarlo detrás, si es que tienes pensado grabar tus vídeos de pie, o colocar algunos libros en altura y poner algo sobre lo que apoyar el móvil por detrás. Sin ir más lejos, un portátil abierto puede servirte para aguantar el móvil.
Cuando ya lleves unos cuantos vídeos y quieras profesionalizarte más, puedes plantearte hacerte con:
- Un micrófono que tenga una buena calidad y, sobre todo, que no recoja los ruidos externos.
- Un trípode que tenga aro de luz y para sujetar el móvil o la cámara
- Una cámara de vídeo (que si tienes una de fotos, también te servirá) o una webcam con buena resolución. Porque es cierto que si quieres grabar, por ejemplo, una clase desde el ordenador, las cámaras de estos dispositivos no suelen ser especialmente buenas, aunque depende mucho de los modelos, claro está.
- Un editor de vídeo: empieza por los gratuitos y sencillos como pueden ser Avidemu, Filmora o Inshot, entre otros. Si vas a grabar en el móvil, el propio dispositivo también traerá uno sencillo.
Sé que el tema tecnológico es motivo de bloqueo para muchas personas y puede que tú estés entre ellas, pero ya ves que para empezar no necesitas mucho. Después, te puedes complicar lo que desees. Conozco personas que terminan creando sus propios sets de grabación, con fondos especiales, decoración acorde a su temática, etc. Pero todo eso, si tú lo deseas, llegará, primero vamos a lo importante: tu mensaje.
Cómo preparar el contenido de tus mensajes en vídeo
Hasta ahora hemos hablado de la importancia de sentirte tú misma, de tener claros los objetivos que van a tener los vídeos que grabes y de cómo preparar el espacio para hacerlo. Pero nos queda lo más importante: tu mensaje.
Y aquí, una vez más, voy a ser clara y sincera: es muy importante prepararlo. Primero, porque le debes un respeto a tu público y, segundo, porque te va a dar mucha tranquilidad. Y no, no va a parecer que eres un robot. No, al menos, si te lo preparas.
Así lo sigo haciendo yo y lo seguiré haciendo, porque para mí es la mejor manera de demostrar a mi público que me importa y que no vengo a soltarle lo primero que se me pasa por la cabeza.
“¿Pero esto será difícil, no?”, me soléis preguntar muchas veces. Lo cierto es que tienes lo más importante para empezar: los conocimientos. Pero ahora necesitas ordenarlos y contarlos cómo tú solo sabes.
Porque sí, es cierto: hoy en día está casi todo inventado. Pero, ¡ojo! No hay dos formas iguales de explicar una misma temática. Y aquí es donde te invito a que te sientas cómoda siendo tú misma. No tengas miedo a mostrarte tal y como eres.
Vale, pero vamos al meollo de la cuestión: ¿cómo preparar ese contenido? Aquí hay quien necesita escribir mucho para sentirse segura y quien con cuatro anotaciones, le resulta más que suficiente. Personalmente creo que la mejor opción es el punto medio.
Si escribes demasiado, se va a notar mucho que lees, sobre todo al principio, así que mi recomendación es que anotes todos los puntos que no debes olvidarte y bajo cada uno de ellos, los temas que quieres mencionar.
No olvides de añadir nombres, fechas o ejemplos que quieras señalar. De esta forma tendrás toda la información esquematizada, no te irás por las ramas y tampoco te perderás; dirás justo lo que tienes que decir.
Eso sí: ensaya antes de ponerte a grabar. Te invito a que lo hagas delante de un espejo y, sobre todo o, al menos, siempre que puedas, cuando sepas que vas a estar sola en casa o en tu despacho, porque eso te dará mayor tranquilidad.
Cuando ya lo tengas claro, toca ponerse a grabar.
Ahora sí, ha llegado el momento de hablar ante la cámara
Si sigues todos los pasos que te he comentado hasta el momento, no vas a tener ningún problema a la hora de ponerte delante de la cámara. Sé que te va a costar un poco las primeras veces, pero… piénsalo bien: ¿qué es lo peor que te puede pasar? ¿que al principio te vea poca gente? ¿que tus amigos o familiares te digan algo? ¿que no te guste y tengas que volver a empezar? Tengo respuesta a todas esas preguntas.
Si alguna persona te dice algo, solo tienes que explicarle que tienes un negocio (sí, he dicho negocio) y que tienes que promocionarlo y esta es una herramienta como otra cualquiera para hacerlo, adaptada a los tiempos que corren y que, por tanto, agradeces su apoyo y difusión.
Si es porque tienes miedo de que te vea poca gente al principio, piensa que eso puede ser hasta bueno, porque así te enfrentas a menos masa crítica. Tómalo como un ensayo.
Y, por último, si es porque crees que no te va a salir bien a la primera, desde ya te puedo decir que es así, pero mira, para empezar, los vídeos se pueden editar, así que si te equivocas, solo tienes que dejar unos segundos y volver a retomar en el punto en el que te has equivocado. De esta forma, puedes cortar lo que está mal y problema solucionado.
Claro, también te puede pasar que no te guste ni tu voz, ni cómo sales en cámara. Mi consejo: que los primeros vídeos no los mires mucho. Que salgan como están y sin darles muchas vueltas.
Y, ahora sí, ya es momento de ponerte manos a la obra. Recuerda: sé tu misma, ten claros tus objetivos y qué mensaje quieres transmitir. El resto llega a medida que vas haciendo más y más vídeos.
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¿ME CUENTAS QUÉ TE HAN PARECIDO ESTOS CONSEJOS Y SI TIENES MÁS DUDAS?
Por supuesto, si los pones en práctica, no dudes en contarme cómo te ha ido y si me mencionas o compartes este contenido, te estaré inmensamente agradecida. ¡Nos vemos en el próximo post!